INTRO: La Luciérnaga, periodismo para que no te engañen. Un proyecto de Ocote.
NARRACIÓN: Hola, Soy Lourdes Álvarez, periodista para La Luciérnaga.
NARRACIÓN: Gracias a la temporada de lluvia ha quedado atrás el recuerdo de los días y noches sofocantes del verano 2024, aunque a nivel nacional en los bosques y ecosistemas quedan las marcas de cuando se activaron los incendios forestales.
Alex Maldonado, en su nota publicada en Agencia Ocote «Los incendios forestales se triplican en 2024» explica que cada temporada de incendios en Guatemala abarca de diciembre a junio del siguiente año.
En la temporada 2022-2023, según los registros históricos, hubo en total 980 incendios, pero a marzo de este año, es decir en el inicio de la temporada 2023-2024, ya se reportaban 776, es decir el 80%.
Finalmente, el 30 de junio se indicó que en la temporada 2023-2024 se registraron 2,634 incendios forestales y no forestales.
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Para Marco Aurelio Chávez, de la Asociación de Forestería Comunitaria de Guatemala Utz Che’, esta situación tiene relación con el cambio climático y el calentamiento global que tienen un impacto significativo en las comunidades que gestionan, cuidan y preservan sus bosques.
Utz Che’, que del idioma maya K’iche’ se traduce como «buen árbol», es una organización que agrupa a más de 40 organizaciones de comunidades indígenas, campesinas y pesqueras en varios departamentos.
Chávez cuenta que este año realizaron actividades de reforestación, no solo como respuesta a los incendios forestales, sino como parte de su trabajo y práctica comunitaria permanente.
ENTREVISTADO: «Esto es un esfuerzo por parte de las propias comunidades desde un proceso integral, con la recolección de las semillas, la reproducción en sus viveros, luego el trasplante y hasta llegar a su destino final en las áreas de bosque».
NARRACIÓN: El entrevistado indica que este proceso tiene un vínculo estrecho en la forma como las comunidades y pueblos indígenas perciben su territorio y lo que les rodea, donde hay un sentido de pertenencia para dar continuidad a una práctica que ha sido heredada de generación en generación.
En Totonicapán, las 8 parcialidades que forman parte de la red Utz Che’ reforestaron un aproximado de 40 hectáreas, con unos 38 mil árboles cultivados en sus viveros comunitarios.
Esta administración y protección de bosques se realiza bajo un sistema complejo de las comunidades indígenas, que en el caso de Totonicapán nombran a guardabosques bajo el principio del K’axk’ol un servicio comunitario ad honorem.
Ante desinformación que circuló en redes sociales sobre incendios provocados por las propias comunidades, el entrevistado asegura:
ENTREVISTADO: «Valdría la pena destinar los recursos necesarios para que también se pueda contar con peritajes científicos y elementos técnicos para demostrar el origen de algunos incendios para que se puedan buscar las responsabilidades civiles y penales».
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OUTRO: La Luciérnaga es un proyecto especial de Ocote. Se produce con fondos de Seattle International Foundation y Philantropy Lab.
La investigación, el guion y la locución las hice yo, Lourdes Alvarez. La edición de textos en castellano es de Alex Maldonado. El montaje sonoro es de Carlos Diaz.
Si tienes dudas o comentarios escribe a factica@agenciaocote.com o envía un mensaje de WhatsApp 3756-8119.
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